Hondarribia ha sido importante ya desde la época de los romanos, pasando numerosos acontecimiento bélicos y no tan bélicos que la ciudad recoge a sus espaldas en el día de hoy. Nació como la salida al mar del Reino de Navarra. Estos fortificaron nuestra ciudad amurallada con el fin de protegerla como única vía para salir al mar, de lo contrario, Navarra quedaría atrapada en el interior entre Castilla y Aragón.
Tras varios enfrentamientos, Hondarribia pasó a formar parte de la jurisdicción de Castilla a principios del siglo XIII, siendo la segunda población guipuzcoana en recibir el Fuero. Por su estratégica posición, ha sido siempre una plaza militar donde han ocurrido montones de asedios, con peleas entre Reyes para hacerse con el poder de la ciudad, y guerras contra el país vecino, Francia, por los mismos motivos.
En consecuencia a todos estos acontecimientos, Hondarribia es ahora, y desde hace mucho tiempo, una ciudad fuertemente amurallada, a la que se podía acceder a través de dos puertas: la Puerta de Santa María y la puerta de San Nicolás, siento esta última el principal acceso a la ciudad durante los siglos XV y XVI. Las murallas de nuestra preciosa ciudad sufrieron numerosos desperfectos en diversos episodios bélicos, pero gran parte de su sistema defensivo sigue en pie a día de hoy para ofrecer a los ciudadanos y turistas una amplia visión histórica y cultural de la ciudad.
Desde la Plaza de Armas, siguiendo por la calle San Nicolás, llegamos a la muralla. En ese extremo, justo dejando a la derecha la curiosa y pequeña Plaza Gipuzkoa, podemos ver los restos de la puerta de San Nicolás. Hoy en día está derruida, pero si echamos rienda suelta a la imaginación podremos ver que el complejo estaba integrado en el pasado de una capilla, un torreón, dos puertas y dos puentes, uno fijo y el otro elevadizo, que salvaban el foso.
Esta puerta se encuentra en el extremo Oeste de la ciudad y se abre en la cortina que une el baluarte de la Reina con el de San Nicolás. Era el acceso principal a la ciudad amurallada durante los siglos XV y XVI, y en la actualidad, es la principal puerta para entrar por la parte de atrás de la muralla. El camino ha sido rehabilitado, ofreciéndonos unas vistas impresionantes de la muralla a pocos metros, y descubriéndonos el camino de adoquín hasta la Plaza de Armas, la plaza que más recuerdos y secretos guarda de toda Hondarribia.
Imagen: www.hondarribiaturismo.com